sábado, 23 de octubre de 2010

tiempo y espacio para escribir ( metro )


Es interesante la oportunidad que representa utilizar el transporte público, en mi caso y en particular, el metro. Es posible mediante un lapso de 8 estaciones y en un horario no tan caótico el poder sacar un dispositivo movil y aprovechar no solo juegos que incluya, sino verdaderas herramientas que complementen el oficio, refiriendome a los editories de texto, que aunque con pequeñas teclas del aparato, permite escribir breves comentarios, profundas críticas o inicios de tema que en otro viaje será simple meditación y análisis.

El nivel adquisitivo juega un papel interesante en la libertad con la que uno puede usar el teléfono o algún otro dispositivo en un sistema de transporte que no hace mucho era y puede que siga teniendo fama de lugar inseguro, tanto por la violencia como la simple delincuencia carterística. Pero, aunque suena a crítica clasista, es impresionante ver lo variado que son los modelos de teléfonos y dispositivos comparados con el perfil socio-cultural de sus poseedores, en medio de la venta de discos pirata o plumas con iluminación los vendedores reciben llamadas de sus teléfonos que en el mercado son de modelos muy recientes con todas las características posibles. Mientras en una banca se encuentra el empleado con traje gastado, con un aspecto de imagen limpia pero temerosa de que dicho look le guste a sus superiores en la oficina burocrática en la cual labore, pero que mal que bien recibe un sueldo aceptable para darse sus gustos, pero que su teléfono dificilmente tiene lo hoy llamado aplicaciones, o tan siquiera una pantalla a color, y ni hablar de una cámara que capte todo borroso.

El nivel imparcial de un sistema de transporte colectivo es impresionante, la necesidad de transporte lo hace vivo, hace que cumpla con su objetivo y que otorge pequemos momentos de convivencia o tumulto, pero deja libre al usuario el transitar con buen humor, con premura, con coraje, con indiferencia, con lo que el se sienta libre de ser y hacer.

Termino este escrito previo a tomar camino al metro y dirigirme al centro de la ciudad, donde espero encontrar mas pretextos de escribir...

martes, 19 de octubre de 2010

Procesos Arquitectónicos . Diplomacia

La manera de presentar un proyecto en la escuela, básicamente cumpliento con una escasa lista de planos (plantas, cortes, fachadas) y renders define al alumno según su capacidad.

Complemento ocasional a dicha presentación está la exposición en poco tiempo de dicho trabajo, contanto además con la habilidad de cada quien de expresar lo que dice su proyecto, complementar lo que no hubo oportunidad de dibujar o vender algo que no es parte del trabajo pero que puede ayudar a ganar una calificación.

En la vida profesional dicho proceso es muy similar, con la diferencia de que existe una remuneración económica en vez de numérica.

Pero el sistema agrega variables que no estan definidas en ningún documento, y es la manera en que quien expone y quien escucha (arquitecto-cliente) pueden expresar de manera pasiva, activa e inclusive agresiva su personalidad.

En un medio donde la persona domina la negociación de cualquiera de las partes por encima de un proyecto, un proceso o un resultado comprobable hace que el resultado no siempre sea el ganar-ganar.

Para esto la manera de exponer las cosas debe ser medida, meticulosa y llevada con Diplomacia.

Esto no es el mejor camino, dado que no es lo mismo que un proyecto sea eficiente o ineficiente, bueno o malo, o de manera superficial bonito o feo.

La cultura debe ser el elemento fundamental para desarrollar cualquier proceso arquitectónico. Pero en este momento y teniendo evidencias día a día solo muestra que talvez no sea un camino perdido, pero si muy tortuoso.