miércoles, 15 de junio de 2011

domingo, 5 de junio de 2011

Creo en la luz y en la sombra.
Creo en la naturaleza que las crea.
Y creo en la Arquitectura que las moldea y venera.
carlos coronel

sábado, 4 de junio de 2011

Yo (arquitecto) he cambiado, Tu (cliente)... ...también.


El ritmo de vida actual tiene como parte de su escencia el stress, y no distingue ni género, ni edad, ni estrato social y mucho menos económico. Por lo que se curiosamente es un mal muy genérico, que sería lo que uno buscaría en aspectos más importantes como la justicia.

Enfocado a mi actividad profesional de generar proyectos arquitectónicos para diversos clientes y en distintas localidades del País, veo que aunque me sienta presionado, es porque las cosas han cambiado desde mi tiempo de Universidad.

Esto lo menciono porque en la Universidad tenía más actividades que realizar en menos tiempo, combinaba la vida de familia con la escolar y las noches eran parte vital para terminar mis entregas y aún así terminaba siempre conviviendo con amigos en las parrandas típicas de ese momento.

Uso el lenguaje más normal que sea posible porque es un comentario a como sí han pasado los años. Hace 15 años que terminé la Carrera de Licenciado en Arquitectura en la Universidad La Salle, y un par de años antes empecé mi vida profesional trabajando de medio tiempo (una actividad más a mi ritmo diario).

Al inicio nos decían los profesores (que su capacidad de enseñanza arquitectónica será otro tema a comentar) que uno no aprende nada en la escuela, sino que es en la vida profesional donde adquirimos las herramientas para defendernos (curiosa palabra, pero cierta) y volvernos productivos.

Yo me lo creí!, y me convertí en un alumno de escuela, en vez de un observador de la vida, donde tenía que aprender a vender mis proyectos, intuir las necesidades del cliente y ser capaz de explorar sus mentes y sentimientos al punto de que realmente me dijeran lo que querían, saber que el dinero es lo que divide a la realidad de la fantasía y a un proyecto completo por un proyecto posible. En pocas palabras como poder construir y diseñar un buen proyecto con unas cuantas monedas en la mano del cliente y en su bolsa del pantalón una cartera llena y un cheque en blanco.

Antes de entrar a la Universidad vi la Arquitectura que hacian arquitectos que estaban a mi alrededor, y los pocos grandes edificios públicos que marcaron una etapa y que ya no es posible ver esos Elefantes Blancos. Durante el tiempo de Universidad vi lo poco que se producía por parte de los profesores y mis compañeros, con herramientas que ahora parecen utensilios primitivos. Las publicaciones eran limitadas y los nombres de grandes arquitectos apenas nos daban oportunidad de analizarlos y admirarlos. Finalmente veo como ahora las herramientas son demasiadas y caras, pero en práctica; los conceptos de sustentable y renovable son el pan de cada día que hay que masticar poco a poco y que solo unos cuantos pueden implementarlo. Y la información es más virtual que impresa, e infinita.

Los principios de la Arquitectura van a perdurar todavía por un buen rato, los materiales básicos igualmente, el uso de nuevas técnicas y materiales variará y si será visto como realidad, no solo fantasías o futurismos.

Pero he cambiado, he tenido que combinar mi conocimiento previo, con el nuevo y abierto a recibir lo futuro. Y es dificil porque todo está ligado a lo económico, por lo que la pasión por la arquitectura debe luchar con muchas variables sociales, políticas, económicas y naturales.

El cliente también ha cambiado, tiene el mismo acceso a la información, pero no tiene las reglas para distinguir que para ellos es un producto o servicio que se le ofrece, y para nosotros es un proceso creatívo y técnico que debe durar y ser seguro. En dicha confusión el cliente siente la tranquilidad de intervenir en nuestras decisiones, sin saber toda la historia o consecuencias. Y en ocasiones, le pone o estima un costo, y con dicha panorámica se lanza a un plano de negociación. Negociación que no es un equilibrio, sino... ...una incognita que debemos aprender a criticar, analizar y solucionar a favor de la Arquitectura y su evolución.

Cliente, toma en cuenta que nuestro conocimiento se basa en la creatividad, técnica y experiencia... ...permite que te ofrezcamos un servicio y producto de calidad, el cual tiene un costo no solo económico, sino moral, ético y social.