lunes, 30 de enero de 2012

Inmueble

por Carlos Coronel

Son pocas las veces que nos detenemos a valorar el lugar donde vivimos o donde trabajamos. Criticamos más fácilmente lo que ‘se debió haber hecho’ en los diversos lugares que visitamos para alimentarnos o recrearnos, alejando la vista de los pequeños cambios o grandes modificaciones que podríamos hacer a ‘nuestro’ espacio y así tener un inmueble de acuerdo a nuestros gustos y estilo de vida.

En un sistema tan ‘familiar’ como el mexicano, donde vivimos en casa de nuestros padres e incluso abuelos desde siempre, resulta limitada nuestra participación en la toma de decisiones del mobiliario, color de muros, adornos o arreglo del jardín. Incluso de la decoración del baño. Heredamos casi todo, y no solo habitamos un espacio sino que también un museo, encontrando constantemente elementos que llevan el sello …esto era de tu abuelo… …esto me lo regalaron hace muchos años…

Posteriormente y en la medida de lo posible algunos se apartan del hogar para rentar o comprar su propio espacio, con la posibilidad de que ‘pequeño’ no sea una limitante, mientras sea ‘mío’. Y la ‘rebeldía’ se vuelve parte de la adecuación, remodelación y decoración de cada rincón, llegando a eclecticismos casi tan caóticos como los de la morada anterior.

Actualmente las opciones de muebles y accesorios ha crecido, los diseñadores nacionales e internacionales han superado en muchos casos a los arquitectos, sin darse cuenta que sin el espacio creado por el segundo, el primero no podría ubicar sus objetos, que tristemente por falta de madurez algunos se están convirtiendo en ‘culto’.

Esto último hace que el inmueble pase a un segundo punto y no sea relevante la buena orientación y ventilación, o la altura de entrepiso, o lo oculto de las instalaciones o lo bien proporcionado de los espacios y circulaciones. Siendo el protagonista junto con el mobiliario el ‘rumbo’ o mejor dicho el ‘barrio’, donde se deba considerar el número de cafés, bares y/o galerías cercanas como el tipo de zona o el estrato social al cual se injerta uno por una renta desproporcionada.

Debemos analizar un poco más lo que deseamos como ‘bien inmueble’ que va tener mucho más permanencia que un ‘bien mueble’, considerando todo lo que sea posible y consultando a quien por su experiencia puede apoyar a quien desea un nuevo ‘hogar’ o un nuevo ‘espacio de trabajo’.

El oficio de arquitecto implica el correcto equilibrio de la creatividad o la habilidad constructiva para poder garantizar espacios que cumplan con la gran cantidad de posibilidades de los usuarios… …tomar el tiempo para encontrar el correcto es parte de la responsabilidad de que quiere ser un ciudadano saludable dentro de una ahora ‘caótica’ sociedad.

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