miércoles, 31 de marzo de 2010

Una casa se diseña con lapiz y papel / Un hogar se diseña con pasión y entrega


El oficio de arquitecto tiene un horario dificil de entender, ya que no solo se mide con el tiempo que se está frente a un papel o la computadora diseñando, revisando o corrigiendo un proyecto o especificación. Sino que continúa por la mañana antes de llegar a la oficina, en la noche antes de dormir y mientras se ve una película e inclusive en los sueños se tienen las ideas más locas o las soluciones más lógicas, que desaparecen al escuchar el despertador que nos indica no el inicio de un nuevo día, solamente se place en recordarnos una rutina inconsciente pero llena de pasión por la arquitectura.

Pero, hay que detenerse completamente y darnos cuenta que no solo con pasión se diseñan espacios solicitados por un cliente o usuario en específico, ni tampoco con entrega se crean espacios socialmente aceptables y con carga de satisfacción civil escondidas. También con pasión se diseñan las relaciones con nuestra familia, de la que venimos y la que formamos. Es en este punto donde las palabras deben seleccionarse con cuidado.

Es bueno diseñar una casa funcional y atractiva a la vista, además de ser punto de referencia a un medio que imprima nuestro nombre en un papel; superior es diseñar un hogar donde se tiene la mente y el tiempo dispuestos para procurar momentos dignos de recordarse, placeres que no permitan escapar a las sonrisas de los pequeños, los gritos de una pasión deportiva o las lágrimas de los sucesos lamentables, pero necesarios.

La historia de la arquitectura debe mostrarnos una forma de ser y hacer de una región, pero un hogar debe escribir historias que puedan sin ningún problema convertirse en cuentos, anécdotas o fantasías.

Imaginar es facil, porque es algo interior, apasionarse para imaginar junto con la gente que te es importante hace que el oficio de arquitecto sea tan cruel en lo económico como lo es ahora, pero con tantas satisfacciones espirituales que hacer una raya en el papel sea lo mismo para dibujar una puerta, que dos curvas que formen un corazón y le digan a quien amas... ...que la amas.

Lizet gracias por dejarme apasionarme de ti y de mi oficio de arquitecto.

1 comentario:

  1. Siempre hay algo más que diseñar; algo más que sentir y algo más que comprender. Bien señalado: un hogar difere de una casa.

    Necesitamos motores alternos para sentir lo que hacemos y no todo surge en los cimientos de lo racional y lo constructivo.

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