martes, 17 de agosto de 2010

espacio urbano [recuperación] humana o canina

La imagen tradicional de un espacio público recreativo es el parque, y en la Ciudad de México resulta escasa esta tipología, y los pocos ejemplos vox populi van ligados a tradiciones meramente fashionistas y de protocolo socio-cultural.

Esto no resultaría negativo si fueran los seres humanos sin importar su condición económica, social, ubicación geográfica o nivel educativo, dado que la diversidad debe convivir en cualquier lugar público. Pero, al ver que su misma vanidad y soberbia los hacen realizar actividades “cool” como el simple pasear al o los perros, detonó una serie de nuevas actividades donde el protagonista y por ende principal beneficiado era el género canino. Recibiendo todas las atenciones, adecuaciones de espacio, soluciones biológicas aceptables, cuadrillas de voluntarios para el bienestar del can, etc. Y por otro lado la limitación de individuos o núcleos familiares ajenos a poseer un perro por la razón que quiera uno y sin necesidad de justificar dicha condición a no poder circular libremente por los recorridos de un parque, no poder dejar jugar a sus hijos pequeños libremente por el temor a ser simplemente lamidos por un pequeño animal o agredidos por alguno de mayor tamaño que por su raza sea de temperamento agresivo innato.

La tan de moda frase arquitectónica de “recuperación de espacios urbanos” nos hace en principio ser más estrictos en el motivo por el cual deben ser utilizados todo tipo de espacio colectivo, no solo los parques, para que de cómo resultado un uso natural del mismo. Plural por naturaleza y no de nuevo selectivo de unos cuantos que por gusto tienen en este caso en particular un can.

Las “tribus” urbanas no solo deben ser las que el individuo presente características físicas y de vestimenta inusuales por decirlo de alguna manera genérica, ni tampoco deben ser las que el manifiesto o grupo de ideas que expresan afecten o no a la mayoría. El grupo de personas con un animal doméstico o sin el también son “tribus” urbanas, y como tales deben ser analizadas, criticadas y si fuera necesario legisladas para que los “espacios urbanos y públicos” sean lo mas incluyentes posibles. Esto último dicho porque el espacio también es relativo en un medio social con una organización política establecida.

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