viernes, 14 de febrero de 2014

negocios son negocios

por Carlos Coronel


Es importante en la vida hacer o trabajar en lo que uno ama y se apasiona, para garantizar una satisfacción al final y saber que todo ha valido la pena. Muchas veces la gente no sabe lo que tiene hasta que lo pierde o no sabe lo que puede tener porque no lucha o modifica su vida para conseguirlo.

'Ya que' es un mal hábito en las actividades humanas, y nos limita a realizar y explorar nuestra capacidad creativa, intelectual o simplemente instintiva que nos permite decir 'nací para hacer esto'.

Lo dicho anteriormente es una forma de pensar muy positiva y es como uno debe enfrentar los retos que impone la vida día a día. Pero es independiente al sistema social y económico que nos permite tener un lugar dentro de la comunidad, con esto me refiero a que haga lo que haga, me guste o no me guste, si es para ofrecer un producto o servicio a otra persona o comunidad debo recibir un pago en tiempo, forma y justa medida.

El proceso arquitectónico que a grandes rasgos se divide en proyecto y obra, debe satisfacer las necesidades de un usuario, que puede o no ser el 'cliente', este último es quien solicita al arquitecto o constructor realice a partir de un programa de necesidades un proyecto que al final de su desarrollo debe poder ser interpretado por un grupo de especialistas, y mediante la correcta selección de materiales y procesos constructivos poder ser habitada en un tiempo determinado, procurando sea resistente, segura y duradera (según el caso).

Dicho proceso requiere de 'tiempo', y al igual que una cirugía debe seguir ciertos procesos producto de la educación y experiencia para garantizar un resultado perfecto si es posible (nada es perfecto ni absoluto). No es fácil de entender porque en la mayoría de las veces, los clientes piensas que dicho proceso puede ser alterado a modo y gusto, sin medir las consecuencias técnicas, temporales, sociales y/o legislativas, y quieren que se vaya en contra de algo que incluso es fuera de toda lógica de la naturaleza.

El trabajo es algo que se debe respetar por sobre cualquier cosa, por lo tanto, es importante comenzar no solo a cuestionar las decisiones del cliente, sino que el proceso debe ser mediante la discusión ligera o acalorada, la demostración técnica o práctica y una exigencia de respeto a todos los que están en el proceso.

Creo que el presente escrito es una simple válvula de escape a la frustración que siento en este momento y que es resultado de una acumulación de situaciones con uno o varios clientes, pero, la arquitectura es el oficio que amo y que me apasiona, y por lo mismo voy a hacer lo posible e imposible por lograr siempre un gran proyecto y corregir en la medida de lo posible los malos hábitos del cliente. Todo para que el usuario y la comunidad sean el principal beneficiado.

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